de tener que reconocer que Quevedo ya lo dijo todo
y después de él, nada.
...De los que hablan de educación pública
cuando nunca la defendieron,
de los que dejaron que se convirtiera en una guardería,
de no poder pasar del primer capítulo del tocho de Proust
(por más que lleve años intentándolo),
de la gente que no ha leído a Bolaño, a Buzzatti, a Mann, a Borges, a Cortázar,
de los que se aburren con La conjura de los necios,
de los que han leído a Bolaño, a Buzzatti, a Mann, a Borges o a Cortázar
sólo porque se pusieron de moda,
de que yo los haya leído porque era la moda,
de los que decidieron un día que La Celestina ya no molaba
y la cambiaron por un best-seller con un 10% de nota,
de ser tan prepotente a veces,
de las editoriales,
de los planes de fomento de la lectura
de sonreír cuando no me apetece,
de no sonreír cuando me apetece,
de que la loca idea de mi amigo D. de montar juntos una academia para leer a Cervantes
sea sólo una broma,
de que sea imposible,
de tener que estudiar si no me apetece,
de ser tan responsable,
de irme a una manifestación con la rabia por dentro,
de haber leído a Orwell y a Boetie
porque la vida ya no se ve igual después de haber leído a Orwell y a Boetie,
de no poder decir lo que pienso
porque haría mucho daño a gente a la que no quiero hacer daño,
de no poder decir lo que siento,
de querer tenerlo todo sin consecuencias,
de que mi amiga V. me diga que idealizo demasiado,
de idealizar demasiado,
de que T. me diga siempre soy una niña,
de ser una niña (a veces),
de la gente que casi no te habla porque no pueden conseguir de ti lo que buscan,
de que la gente busque a veces cosas que no les puedes dar,
de desear cosas que no puedes,
del verbo "poder",
del verbo "deber",
de revisar el pasado,
de internet,
de mi vecino que fuma en el ascensor y tira las colillas al llegar al garaje,
justo al lado de mi coche,
de la gente que separa la derecha de la izquierda,
de la gente de derechas que se arrodilla ante sotanas,
de la gente de izquierdas con el catecismo sindical,
del feminismo y el machismo,
de tener un examen el miércoles
y dos la semana que viene,
de no ser el centro de atención,
de ser a veces el centro de atención,
de no encontrar tiempo para escribir
ni para leer,
de la gente a la que no le gusta su trabajo,
de que me guste tanto mi trabajo,
de saber demasiado de algunas cosas
y tan poco de otras,
de no poder saber lo que la gente piensa,
de imaginar lo que la gente piensa
y no acertar nunca,
de no haber el escrito el relato o el poema que cambie el rumbo de la historia,
de saber que nunca voy a escribir el relato o el poema que cambie el rumbo de la historia,
de Jerónimo Tristante,
del ordenador,
del día en el que tenga que aceptar todas las cosas de las estoy harta,
de saber que ya las tengo casi todas aceptadas,
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