Convertir la palabra en la materia
donde lo que quisiéramos decir no pueda
penetrar más allá
de lo que la materia nos diría
si a ella, como un vientre,
delicado aplicásemos,
desnudo, blanco vientre,
delicado el oído para oír
el mar, el indistinto
rumor del mar, que más allá de ti,
el no nombrado amor, te engendra siempre.
(José Ángel Valente)
2 comentarios:
Me resulta difícil comentarte cuando publicas poemas ajenos. Paso por tu página pero ¿qué decir ante el poema tan telúrico como el de Valente? ¿Que también nos gustaría oír el mar, el rumor del mar, má allá de ti? ¿De ese tú enigmático que está en el fondo de cualquier poesía? Le encuentro ecos salinianos en ese final en que se establece el diálogo con un tú latente.
Saludos.
No hay que decir nada ante la poesía. Ayer leía una antología de Valente (al que no he leído demasiado) y me gustó el poema. Últimamente prefiero publicar fragmentos de literatura que me llegan, quizás también le lleguen a otros. ¿Qué puedo decir yo ante los grandes maestros? Nada. Sigo escribiendo, pero para mí. Quizás más adelante vuelva a publicsr algo propio. Ahora no me apetece.
Yo también paso por tu blog, a diario, no comento pero te leo siempre. Un saludo y gracias por tu visita.
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