Situación 1.
-Profesor: Este alumno quizás necesite un estudio, confunde las letras y trueca las sílabas.
-Psicólogo: Puede ser.
-Profesor: ¿Tienes algún test para la dislexia?
-Psicólogo: No, pero aunque lo tuviéramos...a estas alturas no sirve para nada.
Situación 2.
-Profesor (apoyado por el resto del claustro): Este alumno no está diagnosticado pero tiene unas capacidades muy límites, es incapaz de entender y expresar cualquier frase. Además tiene una familia desestructurada.
-Psicólogo: Psss, puede ser.
-Profesor: Necesita un análisis, quizás deba ir a compensatoria.
-Psicólogo: En el informe del colegio no dicen nada, así que...
-Profesor: ¿Se hará algo con él?
-Psicólogo: No.
Situación 3.
-Profesor: Este alumno, diagnosticado con nivel de 3º de primaria, realmente no llega ni a párvulos. Su nivel mental es demasiado deficiente, no sabe ni siquiera escribir la letra "a". Deberíamos plantear a la familia que acudiera a un centro de "Aulas abiertas".
-Psicólogo: Pues debo tener el informe por ahí.
-Profesores: Se le podría hacer un nuevo estudio, seguramente en el colegio han falseado el informe para que a este alumno se le admita aquí sin otra pregunta.
-Psicólogo: Si en el colegio han dicho que no, no les voy a llevar yo la contra.
Situación 4.
-Profesor: A esta alumna se le debe diagnosticar. Es incapaz de leer y escribir y su situación familiar deja mucho que desear, quizá deba recibir apoyo.
-Psicólogo: La pondré en la lista.
-Profesor: ¿Para cuándo estará el informe?
-Psicólogo: No sé, cuando le toque.
-Profesor: ¿Antes o después de que acabe el curso?
-Psicólogo: No sé, cuando le toque. Aún tengo alumnos por dianosticar del curso pasado.
Presenciando estos cuatro (y otros muchos que no reproduzco) diálogos de besugos, he pasado una divertida tarde de evaluaciones iniciales.
Y ahora que venga alguien y me hable de atención a la diversidad, integración, motivación, enseñanza democrática, igualdad de oportunidades...
9 comentarios:
También es posible que, aunque estén todos los informes y diagnósticos (quizá porque alguien los guardó del año pasado), no se le pueda atender porque el PT no tiene horas o ya tiene un grupo completo de cuatro alumnos y no puede atender a otro más. Penoso.
Son tantas las necesidades y tan distintas que es difícil que el sistema pueda llegar a ellas. Pienso que el sistema se basa en seres humanos, seres humanos que buscan la felicidad, que necesitan desconectar, hacer el amor, leer... y tienen un tiempo limitado para atender al mundo complejo de la diversidad de la vida. En el fondo cada ser humano es distinto y necesitaría una atención especial, pero no es posible. Yo en mis clases me estiro y estiro para intentar llegar a todos, pero es imposible. Tengo una profesora de apoyo. Pero ni aun así. El mundo es extraño y ajeno. La filosofía de que todo el mundo necesita de una atención individualizada nos lleva a una paradoja sin solución. En esto estamos. Es imposible.
A veces imagino que los alumnos escuchan nuestros comentarios en las evaluaciones y me pongo colorado de vergüenza...
Estas situaciones deberían despertar la alarma social, pero quedan como anécdotas (incluso a algunos les hacen gracia). Es lamentable ver cómo muchos alumnos con informe social o académico prolongan su estancia en el instituto hasta el desahucio definitivo cuando cumplen 16.
(PD: Las respuestas del psicólogo se las traen)
Gracias a todos por vuestros comentarios. En estos cuatro casos se trata de alumnos verdaderamente discapacitados, no sólo alumnos con bajas capacidades. El problema, la situación, es un departamento de orientación (ya sea por falta de horas, algo que también ocurre) que no se preocupa por realizar su trabajo. La actitud del psicólogo y la orientadora evidenciaban su baja capacidad y responsabilidad profesional. EStoy con Joselu en que una atneción individualizada nos lleva a un bucle infinito, pero me parece una gran hipocresía que si yo tenga (bajo el lemna de la integración y la atención a la diversidad) que ser capaz de atender una clase de 30 alumnos con varios alumnos de este tipo y luego, aquellos que deben verdaderamente ocuparse de esta situación, se lavan las manos porque tienen demasiado trabajo que hacer (burocrático en su mayor parte). Por cierto, esta semana estoy redactando los informes (porque resulta que los informes también lso tengo que hacer yo). En fin, que esto cada vez me parece una mentira más gorda. Un saludo a todos.
Este año tengo un alumno bastante problemático, aunque en apariencia es una malva, pero ya, ya... cuando le da la neura no veas cómo se pone. Insulta a sus compañeros, tira la cartera por las escaleras, escupe asomado al hueco de las mismas... El año pasado estuvo más tiempo en Jefatura que en clase, pero ni caso. La madre dice que está todo el día pendiente de él y que lo que hagamos está bien. Le hemos castigado sin una excursión, pero hoy ha vuelto a las andadas. El curso pasado (en 4º) insultó a la profesora llamándola "puta" y "negra" (era de Camerún. ¿Medidas? ¡Se le mandó al psicólogo! Tócate las narices! Antes esto se arreglaba con unas collejas, ahora se considera que tiene un trastorno, pobrecito... Y si iniciamos un expediente ya sabemos lo que nos espera, papeles y más papeles, informes, medidas adoptadas, reuniones con los padres... Una milonga de cuidado, y total para qué, le echaremos unos días y ya está, vuelta a empezar. En fin...
Un saludo "psicológico".
Puntualización: Me imagino que donde pone Psicólogo querrás decir orientador, que es su función, o al menos debería serla.... no?
Claro ejemplo de un orientador negligente, de la necesidad de más control al personal público en educación y de la causa principal de los problemas de calidad en todos los ámbitos (no solo educación de este país): que los incompetentes acomodados y ladrones del herario público ocupan los puestos a los que aquellos comprometidos y capaces tenemos que esperar hasta llevar bastón.
Firmado: Un orientador (y Psicólogo) con vergüenza ajena.
Puntualización: Me imagino que donde pone Psicólogo querrás decir orientador, que es su función, o al menos debería serla.... no?
Claro ejemplo de un orientador negligente, de la necesidad de más control al personal público en educación y de la causa principal de los problemas de calidad en todos los ámbitos (no solo educación de este país): que los incompetentes acomodados y ladrones del herario público ocupan los puestos a los que aquellos comprometidos y capaces tenemos que esperar hasta llevar bastón.
Firmado: Un orientador (y Psicólogo) con vergüenza ajena.
Publicar un comentario