jueves, 29 de octubre de 2009

Ocurrencias

He llegado a mi casa tranquilamente, me he puesto a leer El País con calma, sin prisas, hasta que me he topado con la ocurrencia del Sr. Gabilondo y ya no sé si llorar o irme de nuevo a tomar cervezas, por aquello de que el alcohol quita las penas.

2 comentarios:

Joselu dijo...

¿Por qué no hacerla obligatoria hasta los veinticuatro años? Como la antigua mili. ¿Se imaginan alumnos de dieciocho años condenados a estar encerrados en un aula? Estremecedor. Yo sólo quiero que esto acabe. ¡Qué hermosa era la docencia que yo conocí! ¡Y en qué m. la han logrado convertir! Pero todavía continúan, no se lo pierdan. Esta nueva "idea" es apocalíptica. Me voy contigo a tomar unas cervezas. No quiero ser cínico pero todo invita a ello.

caperucitazul dijo...

Joselu, el cinismo es a veces lo único que queda. Abrazos