lunes, 26 de enero de 2009

Consecuencias y Celestina

Hace unos post comenté que tenía unos 3ºs un poco complicados. No son malos chavales, en general son gente muy noble y sencilla, nada de familias desestructuradas ni de chicos conflictivos, pero el caso es que estaban desmotivados, con pocas gans de trabajar y habladores. En mi centro, a instancia de los tutores, el jefe de estudios decidió tomar cartas en el asunto: primero se hizo una reunión con todos los alumnos a los que se les explicó la situación y se les instó a mejorar el comportamiento; como la técnica no dio resultado, se tomaron medidas con todos los profesores (notas a los padres, castigos sin recreo etc.). Como la cosa seguía igual se hicieron unas reuniones de todo el equipo docente de los dos cursos donde se tomó la decisión de hacer otra reunión de todos los profesores con los padres. En la reunión se explicó la situación y se intentó trabajar con ellos para mejorar el clima en el aula.
En general, el comportamiento de los chavales mejoró en algunas asignaturas (la mía y alguna más) y siguió igual en otras. Los resultados académicos fue desastroso en todas (en lengua, 20 suspensos de 28 alumnos).
Bien, hace unos días recibí la visita de tres madres. Las tres preocupadas por los resultados de sus hijos y las tres dispuestas a colaborar. Pero hubo algo que me sorprendió: las tres, cada una de manera individual, me comentaron que sus hijos estaban desmotivados, que no estudiaban porque decían "total, si ya somos los malos del instituto, que más da que hagamos lo que hagamos"; lo mismo respondían si se les pedía que mejoraran su comportamiento en clase ("¿Para qué? Ya nos tienen como los gamberros, de nada sirve lo que hagamos").
Me quedé asombrada. Ese mismo día, en clase, comprobé la situación. Desde la vuelta de vacaciones, hay un mejor clima: ellos trabajan más y yo estoy más relajada, las clases se vuelven amenas, nos reimos y trabajamos a la par. El caso es que ese día, por circunstancias desconocidas, la mayoría de la clase no trajo el resumen que había pedido para casa. Me enfadé y les pedí que me dieran una explicación (todos dijeron que se les había olvidado). Entonces les dije que no tendrían el punto por el cuaderno si no veía que los resúmenes estaban hechos, no sólo los ejercicios, que son técnicas de estudio, no es un capricho mío.
Y entonces comprobé lo que estas madres me dijeron: el clima se volvió tenso y oía por lo bajo "Otra vez", "ya somos los malos", "qué más da lo que hagamos".
EStoy segura de que los pésimos resultados académicos de esta evaluación tienen mucho que ver con esta situación. Comprendo que quizás les agobiamos demasiado y no supimos motivarles o que quizás nos centramos demasiado en sus comportamientos erróneos y no supimos destacar sus virtudes. -Es un punto a tener en cuenta. Mañana les entrego un examen que hicieron el otro día, han sacado buenas notas: se lo diré y les felicitaré. Es una recompensa por su trabajo desde que vinimos de vacaciones.
Pero lo que más me preocupa es que sólo actúan a lo positivo, no saben aceptar las críticas y superarse; son víctimas fáciles de la frustración. Creo que la sociedad actual los mima en exceso. Me preocupa que lo conseguido en estas dos semanas se tiré por el enfado del otro día, no saben aceptar su responsabilidad (para ellos es, "hoy la de lengua está más simpática y hoy está más borde"). Voy a tratar de combinar las dos cosas: la felicitación y los ánimos (que se los merecen y quizás fueron demasiado escasos en el trimestre anterior) pero también la crítica y el sentido de la responsabilidad (que necesitan aprender; en la vida no todo es de color de rosa). A ver qué pasa...

Para concluir: me toca explicar "La Celestina", sólo tengo dos sesiones antes de empezar con la árida sintaxis. Mi idea: una breve explicación general, leer algunos fragmentos en clase e ir combinando esa lectura con la visualización de las escenas de la película que se correspondan con esos fragmentos. No desvelar el final y hacer que redacten uno posible en casa. Leer la escena final en clase y ver la escena correspondiente de la película. Fragmentos seleccionados: descripción de Celestina, primer encuentro entre Calixto y Melibea, conjuro de Celestina, alguna conversación entre los criados y muerte de Melibea). Ya os contaré qué tal.

5 comentarios:

Joselu dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Joselu dijo...

Entiendo tu confusión sobre qué elementos son más provechosos: si la crítica o el elogio. Nuestros chavales están acostumbrados a tenerlo todo fácil y la escuela supone una disciplina, un trabajo y un orden. El problema es que carecen en general de hábitos y no abunda el espíritu de superación. No obstante, te veo mucho más asentada y segura en tus posiciones. La profesora joven va adquiriendo tablas y ha de darse cuenta de que es un continuo tira y afloja, un toma y daca en que hay que combinar la crítica y las alabanzas, el castigo y el premio. Una fórmula de difícil consecución ante los chavales cada vez más complicados y desmotivados que tenemos. No te preocupes. Es un estado general. Lo que me cuentas es exactamente igual por aquí. Un cordial saludo.

Toni Solano dijo...

Cuesta lo mismo decir: "Si te esfuerzas, aprobarás" que "como no estudies, suspenderás". Veo que, de manera general, los profesores abusamos de la segunda, lo que se convierte en una especie de predestinación. Me he dado cuenta de ello desde que trabajo con alumnos que están acostumbrados a suspender por sistema; agradecen que alguien les diga que aún les queda una oportunidad... (aunque sea una mentira piadosa)

Cristinaa dijo...

He llegado a tu blog a través de "Un profe cualquiera" y no he podido evitar firmarte...
A ver... no voy a decir que los profesores pilláis manía a los malos alumnos por excelencia, porque sé que odiáis que digan eso. Pero la mayoría no pueden negar que regañan antes a uno que suele portarse mal a uno que no (aunque en ese momento estén haciendo lo mismo), que son más duros que uno malo que con otro que no. Y es por eso que muchos se creen que ya todo está perdido, aunque no sea así...

Por cierto, yo estoy en 4º de la ESO, y en mi clase también estamos comportándonos mejor pero no hay forma de que participemos en clase más de la mitad. Yo lo intento, pero estoy, como hay quien dice, "empaná"... las vacaciones no son buenas!!

Un saludo, y seguiré pasando.

Lenguadetrapo dijo...

Hola Caperucita, he vuelto aunque ando ocupada con mil cosas que no me dejan hacer muchos paseos por la red, salvo para lo estrictamente necesario. Tengo nuevo destino y me he acordado de ti porque tengo un curso de esos que resulta imposible dar clase y desesperan. Claro, como yo he llegado ahora, digamos que estoy como a principios de curso tanteando a ver qué puedo hacer con ellos y, como es normal, los comienzos son difíciles. A ver si consigo hacer el blog y saco algo de ellos...