Llevo treinta años lamentándome por no haber leído lo suficiente. Y leyendo, claro. Y contrarrestando mi complejo de lector insuficiente con dosis inteligentes de esperanza: "ya leeré eso, ya". Pero llega un momento en que la autopromesa va sonando hueca, y más bien parece un autoengaño, y hay que darse cuenta también de que es posible que muchos libros maravillosos se queden finalmente sin leer, y hay que equilibrar esa esperanza en la lectura con el sentido común y la conciencia de la pérdida. Y qué me decís de las personas que no leímos en su momento y ya no están por aquí, qué lista más larga aunque uno sólo tenga treinta. Y por delante no se ve nada. Fíjate en todas esas personas convirtiéndose en fantasmas, sus perfiles difusos, como tú.
(J. D.)
(J. D.)
2 comentarios:
No sé cómo tomar este post, porque la primera duda que me asalta es si el texto es tuyo. La presencia de iniciales me lleva a pensar que no. Ello me deja perplejo y me le resta intensidad al no estar ante algo que sea cosecha de caperucita azul. No sé si te identificas con lo que dice y nos lo propones como reflexión, pero no es lo mismo comentar algo ajeno que algo del propietario del blog. Cuando veo esto en algunos espacios, me quedo confuso y no sé qué pensar.
Un saludo.
Hola Joselu: no es mío el texto, evidentemente. Pero tómalo como si lo fuera. Cuando pongo textos de otros es porque encuentro en ellos la manera exacta de lo que quería decir o escribir. Últimamente estoy apática con la escritura, prefiero leer ;)
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