Todo queda lejos ahora que el tiempo
ha echado el velo sobre tu rostro
y ya ni siquiera recuerda la risa frágil
que se escondía bajo el columpio
en las suaves tardes del otoño.
Ahora todo nace de lo difícil
Y el miedo supera con creces a la expectación,
Como si la vida no fuera más que la rutina del hoy
Y la inercia del mañana.
Nada queda, intuyo, de la emoción,
O del tacto del mar sobre nuestros pies,
Obligada alegría de un presente
que demasiado tiempo nos cansamos de soñar.
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