jueves, 7 de agosto de 2008

Roma y Florencia

He comido pasta y pizza,
he paseado hasta perderme por las calles,
me han salido ampollas en los pies,
he soportado un caló sofocante,
he contemplado la Capilla Sixtina,
he hecho fotos del puente Vecchio y la plaza del Duomo,
he cruzado calles en las que el tráfico no respeta a los peatones,
me he reído con una buena amiga,
me he quedado encerrada en la habitación de un hotel,
he comido en el restaurante de un capo de la mafia
(por lo menos),
he comido gelatto
sin culpa,
me he tomado el mejor capucchino del mundo,
he paseado por el Trastévere,
he hecho una cola de dos horas para ver a Botticcelli,
he tirado la moneda a la fontana,
me he perdido por las calles fiorentinas,
he bebido agua de todas las fuentes que encontraba,
he paseado por jardines renacentistas,
pero sobre todo,
he disfrutado mucho, mucho, mucho.

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